Pablo Carbonell. "Pablo estudia arquitectura en la politécnica de Madrid y en la universidad IIT de Chicago, termina sus estudios en 2002 y desde sus inicios profesionales se vincula al campo de la construcción sostenible, la arquitectura bioclimática y las energías renovables. Desde entonces ha obtenido premios por su trabajo a nivel regional, como el Premio Desarrollo Sostenible de la CARM, y también nacional, como el Premio Solar de la asociación europea Eurosolar. Su día a día como arquitecto lo ha compaginado con experiencias transversales en el mundo del arte, como fue su participación en dos ediciones del Festival Punto Aparte de San Javier o en el FIBArt de Benicasim."

Pedro Guirao. Artista intermedia cuyo trabajo se encuentra en la intersección de las artes visuales, el arte sonoro y la performance. Ha realizado sus estudios en la Facultad de Bellas Artes de Valencia y la Ecole National des Arts Visuels de La Cambre (Bruselas). En los últimos años sus trabajos utilizan el sonido y el lenguaje como medios para cartografiar el presente y la memoria, y como herramientas de construcción de espacios no visuales. Ha realizado exposiciones y proyectos en Murcia, Madrid, Valencia, Girona; Santander, Berlin, Milan, Turku, Oslo, Praga,etc. Es uno de los fundadores del ya desaparecido proyecto y espacio artístico independiente La Fragua. En el terreno de las artes escénicas, ha participado como creador sonoro en proyectos de Periferia teatro. los artistas Sara Serrano y Eduardo Balanza, y el coreógrafo y bailarín Juan Antonio Saorín, entre otros. Es también miembro y fundador del grupo de acción artística Corporación Bacilö con el que ha presentado trabajos en Festimad. Escena Contemporánea y Sala Siroco (Madrid), Digital Media (Valencia), Manifesta 8, SOS 4.8, Festival Punto Aparte y AlterArte (Murcia), así como en los espacios públicos de las ciudades, centros comerciales y carreteras secundarias.

La instalación es básicamente un bosque denso de columnas que forman un espacio para ser recorrido, un pequeño laberinto que esconde un secreto en su interior. Un laberinto es un lugar en donde nuestro sentido más desarrollado, la vista, deja de tener tanto protagonismo y, al perder la información visual como referente de posicionamiento, otros sentidos comienzan a ganar importancia, como el olor, el oído...

Un sonido oculto en el corazón del laberinto nos atraerá hacia él. Este reclamo invisible se convierte entonces en casi muestra única referencia y guía que marca nuestro recorrido no hacia una salida sino hacia un descubrimiento.